UN SUPERASALARIADO DE UNA EMPRESA COTIZADA DEL IBEX ME DIJO EN CIERTA OCASIÓN: ESTOY DESEANDO QUE ME ECHEN Y COBRAR EL BLINDAJE
Lo consiguió.
Ahora tiene 56 años, tres millones de euros en el bolsillo y una pensión de jubilación anticipada del 80% de su supersalario hasta que llegue a la edad de jubilación. Además, se quedó con el coche.
Mientras tanto, tú, membrillón, ¡a trabajar o emprender para generar la renta que se saca este cincuentón!
La ideología Chief Executive Officer tiene dos columnas:
– el victimismo exculpatorio; y
– el caudillismo.
Los trabajadores-directivos creen que el Estado es una empresa (es decir, que no somos todos) mal dirigida por caudillos inútiles que no ganan una gorda, a diferencia de ellos, talentosos gestores, que son los responsables de lo bueno de su empresa, porque de lo malo, la culpa la tienen los demás, especialmente, los funcionarios (recordemos que los funcionarios no son trabajadores por cuenta ajena, sino que prestadores de servicios en el marco de una relación estatutaria, con obligaciones ineludibles, incluso si no hubiera dinero para pagarles).
Los trabajadores-directivos son un cáncer tan pernicioso como la sobrevaloración inmobiliaria o la prima de riesgo que encarece las deudas o la cultureta de La Paguita.
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