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30/4/14

Triunfo Antiinflacionismo Capitalismo

[EL TRIUNFO DEL ANTIINFLACIONISMO ES EL TRIUNFO DEL CAPITALISMO]

No queréis ver el proceso histórico de triunfo del antiinflacionismo porque significa la victoria del capitalismo sobre vuestro amado capitalismo popular.

La burbuja inmobiliaria se pone en marcha al principio de dicho proceso de victoria, a mediados de los 1980s. No era era un fenómeno de etiología financiera sino algo mucho más complejo, como pasa con todas las burbujas que han sido y serán. El crédito solo realimenta las burbujas, al alza o a la baja, pero no las crea ni es el motor que las impulsa. Por decirlo en términos sociopolíticos, la burbuja inmobiliaria del último cuarto del s. XX ha sido la expresión supina de la necedad del proyecto pequeñoburgués anidado dentro del movimiento obrero desde hacía un siglo. La inflación le viene mal a los perceptores de rentas fijas, sí, pero también al capitalista maduro, es decir, al que ya ha obtenido los retornos abundantes del primer tramo histórico de la gran curva de utilidad del capitalismo y tiene por delante muchas décadas de gestión aburrida -la economía de la décima, en frase afortunada de Cristóbal Montoro1-, salvo el destello puntual de los nuevos negocios que vayan surgiendo y sólo mientras surgen.

Los únicos proinflacionistas hoy son los aprendices de brujo del capitalismo popular, con sus inmensas deudas, sus activomanías y su rentismo improductivo: lo que llamamos el obrerismo facha, cuyos totems políticos son las thatchers o/y los felipes. Los trabajadores infectados de reformismo y revisionismo no creyeron que el antiinflacionismo había triunfado, a pesar de que era lo idóneo para ellos -con los tipos de interés bajos, una renta salarial equivale a poseer un capital financiero ingente- y se entregaron al siniestro juego del obrero-propietario -cuya raíces se remontaban a 1915, como decimos más abajo2-, pensando que habría un futuro orgiástico para los perceptores de rentas variables y los extractores improductivos de rentas, que traerían subidas de salarios nominales que justificarían las apuestas que hacían sus hijos con sus futuras rentas salariales pero con la mentalidad de papi y mami, niños de posguerra: Hijo, himbierte que el pisito es el ahorro del pobre.

Pero la burbuja ha pinchado, como no podía ser de otra manera, porque los cimientos están helados. Tienen la tempertaura del iceberg deflacionario y de la expansión del comercio internacional con el telón de fondo de unas comunicaciones y transportes cada vez más fáciles. La inflación y su nivel asociado de tipos de interés se han ido; y no volverán jamás, salvo que haya un cataclismo en el equilibrio dinámico de las grandes monedas del mundo.

En suma: LOS TIPOS DE INTERÉS SON BAJOS PORQUE EL MUNDO ESTABLE ES ASÍ, NO POR CAPRICHO DE NADIE, sin perjucio de algún margencito de discrecionalidad que hay.

Quien quiera alegrías segundainternacionalistas que se marche a vivir a un pais que todavía conserve su monedita y carezca de estabilidad financiera. Quien quiera vivir dentro de una gran área monetaria, que no odie el dinero, que ame el Trabajo & Empresa y que nos ayude a reprimir a los chupópteros, que se tiran todo el día lloriqueando con sus ideítas estridentes; como el mentecato que sólo sabe repetir como un papagallo que la culpa la tienen los impuestos y las impresoras de dinero fiducicario; negándose a reconocer que la verdadera horca de la economía ordinaria es la de la Private Taxation -rentas inmobiliarias, pensiones inmerecidas, rentas financieras fijas sobreprimadas y supersalarios-; y que el dinero fiduciario no es nada comparado con el bancario y, sobre todo, con el financiero que creamos todos en nuestras relaciones económicas habituales cuando aceptamos títulos-valores como medios de pago.

Publicado el: 30/04/2014 12:54

1  La fórmula es del Ministro de hacienda Cristóbal Montoro.

2  1915 es el año de la ruptura de la Segunda Internacional, ver la entrada del 30-4-2014

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