[PROPIEDAD Y CAPITAL]
La propiedad, el derecho real —res, rei— pleno, es una haz de derechos y obligaciones variable. El derecho real de propiedad es la relación máxima que puede la persona establecer con la cosa; pero tiene límites.
En el popularcapitalismo hay, primero, subcapitalización y, finalmente, descapitalización.
Llamamos Patrimonio a la lista de activos y pasivos de una persona. Capital es el concepto contable para referirse al resultado de la suma algebraica de activos y pasivos, una vez valorados. Patrimonio y Capital son dos formas, estática y dinámica, respectivamente, de referirse a la universalidad de activos y pasivos.
Hay veces que los elementos patrimoniales que conforman el Patrimonio son tales que suena ridículo hablar de Capital, p. ej., el patrimonio en el que solo hay mamonadas y pedazo-de-deuda —el de los pisitófilos creditófagos perdedores de El Pisito—. Si estos propietarios son cipollas —se creen que su Patrimonio es un Capital respetable y, encima, te dan por el trasero con ello—, nosotros los llamamos capitalistitas.
En el Capital, que es algo incorporal o intelectual, hay dos tramos:
– la diferencia activos/pasivos acumulada —que viene de atrás—, y
– la diferencia activos/pasivos presente —la que se está dando en el actual período contable, que llamamos Beneficio corriente o, más precisamente, Resultado de la Cuenta de Pérdidas y Ganancias—.
La subcapitalización 1 es que el Capital, es decir, el Activo menos el Pasivo, se sitúa por debajo del nivel razonable para una cifra de Gastos e Ingresos dada. Lo hace por dos vías:
– sobrevaloración de los activos —elementos patrimoniales del Activo—, y
– infravaloración de los pasivos —elementos patrimoniales del Pasivo—.
La descapitalización es este proceso llevado al final.
En toda economía —incluida la personalísima y la socialista—, hay Capital.
En la economía socialista, la titularidad del Capital es pública o, mejor dicho, más pública que privada.
El derecho de propiedad es modulable.
En la Era Cero —triunfo del antiinflacionismo, por fin, interiorizado por todos—, la propiedad tiene muchas más limitaciones de las que ha tenido bajo el modelo popularcapitalista. Ello requiere de un marco ético, moral, jurídico y político muy diferente al que repiten como loros los falsoliberales leydeofertademandistas de la Economía de Mercadillo y el Pensamiento Merchero, por mucho que engolen sus voces para parecer académicos de postín.
No hay comentarios:
Publicar un comentario