EL POPULARCAPITALISMO ES EL MODELO ECONÓMICO DE LOS FASCISMOS
Hacer creer al obrero que es rico bajo el capitalismo es lo más antisocialista que hay. Los fascismos inicialmente fueron imperfectos porque pusieron el carro antes que los bueyes. Por contra, desde los 1980, ha quedado claro que lo primero no es creerte superior étnico-culturalmente, sino creerte rico.
Que el alza de precios de la vivienda básica sea explosiva —intensa y rápida— ha sido condición necesaria para el éxito del popularcapitalismo. Primero, por el corte generacional que supone —obreros explotando obreros jóvenes—. También, como la heroína requiere del flash para enganchar al principio, el popularcapitalismo necesita de la explosividad valorativa. Así mismo, como la heroína, el popularcapitalismo degenera en dependencia sórdida: ya solo tienes momentos de falso bienestar si te pones —p. ej., lo supuestamente bien que va ahora la economía española en relación con las demás de la eurozona—.
En los 1980, buena parte de los trabajadores eran propietarios de sus viviendas. Qué sencillo fue decirles que, de la noche a la mañana, se había convertido en capitalistitas.
Pero la vivienda básica no está carísima solo para hacerle creer al trabajador que es rico y que consuma más y se deje de sindicalismos. También lo está para que la construcción de viviendas básicas tire de la economía y para que los trabajadores se traigan sus rentas futuras al presente —y se las embolse alguien—.
El sistema capitalista pinchó la burbuja inmobiliaria en los 2000 por razón de su propia supervivencia —porque la sobrevaloración inmobiliaria determina niveles de costes de producción y de endeudamiento incompatibles con la economía ordinaria—. Y es el propio sistema capitalista quien la ha reinflado parcialmente en 2016-2018 para desaguar —metáfora suya— la basura inmobiliaria de los Balances de las entidades de crédito, anegadas de ella desde el pinchazo y poder, por fin, liberarse de la losa que lo oprime.
Llevamos demasiado tiempo dando por desaguada a la banca española. El 01/01/2018 ya se decía que empezaba a estarlo, a sabiendas de que era entonces el principio del grandioso sprint final que terminó el 31 de diciembre pasado.
Hay que pasar página ya y romper a contrarrestar los dos engaños que mantienen la vivienda artificialmente sobrevalorada —ya sin apoyo bancario—:
– hay mucha demanda y poca oferta
; y
– la vivienda es un activo financiero
.
Quien hable hoy así ya no puede ampararse en la defensa de los Balances de los bancos. O es un estafador o es solo es un gafe. Recordemos los tres elementos de la estafa: engaño, error y perjuicio; y los dos del gafe: error y perjuicio.
La verdad sabida por todos es que:
– LA VIVIENDA ES SENCILLA Y BARATA DE PROVEER; y
– LA VIVIENDA Y EL DINERO SON CONTRARIOS.
Agotada la explosividad de la reburbuja 2016-2018 y culminada con éxito la Operación Desagüe, ha llegado el momento histórico en el que los echados al monte solo pueden mantener la sobrevaloración de la vivienda a base de fascismos.
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