TERMINA EL MOTÍN (1/3)
Nuestro timing sobre el modelo popularcapitalista se resume en dos ideas:
1) raíces que se remontan a los 1910 —ruptura socialdemócrata de la Segunda Internacional—; y
2) eclosión a mediados de los 1980, tras el triunfo del antiinflacionismo; muerte a mediados de los 2000; y transición hasta mediados de los 2020; cuatro décadas de vida, en total; a mediados de los 2020, la Vivienda básica será de provisión pública o semipública, como actualmente lo son la Sanidad y Educación básicas.
El popularcapitalismo es un modelo de distribución anticapitalista de la Renta que presupone una guerra civil económica intergeneracional, guerra que ganan los nacidos antes de mediados de los 1950, especialmente los sesentaiochistas (llegada a la juventud de los nacidos después de la Segunda Guerra Mundial), y que pierden los nacidos después de mediados de los 1950, porque la Primera Alza Explosiva de precios inmobiliarios tiene lugar cuando estos últimos rompen a emanciparse.
Hay consenso internacional tanto respecto al timing como a la naturaleza anticapitalista del modelo popularcapitalista. El último informe 1 al respecto ha sido citado más arriba en este blog: Credit where it's due, por Dirk Bezemer, de la Universidad de Groningen. En sus páginas 8 y 17, hay dos gráficos que coinciden 100% con nuestro timing:
El capitalismo es un sistema basado en la división de la sociedad en dos clases horizontales, burguesía —propiedad del Capital-Empresa— y proletariado —fuerza del Trabajo—, por decirlo en términos marxistas que son los que mejor entendemos todos. El popularcapitalismo es un modelo del sistema capitalista que distorsiona la división horizontal capitalista superponiendo clases verticales, fundamentalmente, por razón de la biografía inmobiliaria, pero también por otros motivos: feminismo de cuarta ola, nacionalismo étnico cultural y edad de jubilación.
Al principio del modelo, la eficacia de estas segmentaciones verticales fue espectacular. La fiesta era total. Muy pocos eran los perdedores y muchos, los triunfadores. Cayó el Muro de Berlín y se desmembró la URSS. Con eso está dicho todo. Pero, al poco tiempo, empezaron los problemas serios, especialmente, en lo financiero y lo social-familiar.
Al final, el sistema capitalista, todo él, se había convertido en un infierno insufrible. Peligraba su supervivencia. Incluso los usureros popularcapitalistas más conspicuos reconocían que el superendeudamiento era inadministrable, solo que ellos optaron por destruir definitivamente el dinero, haciendo buena su verdadera esencia antisistema. El sistema dijo basta. Había que reaccionar o, si no, dar paso al sistema socialista. Encima, la crisis del popularcapitalismo coincidía con el irresistible ascenso de la República Popular China.
Y cambió el mundo hace una década, como literalmente dijo el Presidente del BCE hace un par de años 2. Desde hace una década solo nos dedicamos, primero, a estabilizar y, acto seguido, a barrer basura para limpiarle lo más posible el horizonte al nuevo modelo de sustitución, que llamamos Era Cero (cero inflación, cero tipos de interés, cero diferenciales de tipos de cambio).
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