CAMBIO GENERACIONAL MUY IMPORTANTE EN EL BANCO CENTRAL EUROPEO-
Lagarde 1 no pertenece a la generación triunfadora del popularcapitalismo, sino a la primera perdedora, y, además, ha sufrido vivir en Estados Unidos. Dos cosas que nos interesan mucho.
Las generaciones duran 15 años. El popularpitalismo es una estafa piramidal-generacional que se aprovecha de la necesidad básica y obligatoria de vivienda. No es de extrañar que, desde mediados de los 1980, con la eclosión del popularcapitalismo, vivamos lo que llaman era de los superciclos 2, es decir, una época en la que los ciclos coyunturales son anormalmente largos: ¡es que, ahora, los ciclos no son más que los años que se tarda en desplumar a la parte central de cada generación!
La generación gran triunfadora 3 del popularcapitalismo es la Generación Saturno, nacida entre 01/01/1941 y 31/12/1955. Después, vienen las dos perdedoras: la Generación Caín I (01/01/1956-31/12/1970) y la Generación Caín II (01/01/1971-31/12/1985).
En nuestra modesta opinión, hay una Alianza de Generaciones: las pares contra las impares. Las pares son: la Silenciosa, la Caín I y la Millennial. Y las impares, la Saturno y la Caín II. Nótese que hay dos tipos de cainismo, el saturniano, mortal, y el silencioso-millennial, venial.
La idea es que el cambio en el BCE es más profundo de lo que parece porque significa un relevo generacional, pero no de generaciones, que también, sino de alianza de generaciones.
Lagarde es tan veterana de la Generación Caín I, que es quien la inaugura. Nació, qué casualidad, el primero de enero de 1956. Su segundo en el BCE, Luis de Guindos, nació cuatro años después. Desde luego, no pertenecen a la Generación Saturno (1941-1955). Lagarde tenía o tendrá:
– 30 años cuando eclosiona el Capitalismo Popular;
– 44 años cuando pincha la burbuja dotcom;
– 52 años cuando pincha la burbuja subprime;
– 64 años cuando se considere oficialmente pinchada la Rebuburja actual; y
– 69 años cuando el nuevo modelo, Era Cero, vuele en solitario.
Ambos, Lagarde y de Guindos, son superasalariados de empresas multinacionales de servicios jurídicos y financieros, y hablan inglés bien, sobre todo ella. Lagarde cuajó como profesional en el bufete Baker & MacKenzie y, luego, en el Ministerio de Economía francés y en el FMI. De Guindos, en el banco Lehman Brothers y en Ministerio de Economía español, aparte de pasar por la consultora PricewaterhouseCoopers.
En nuestra modesta opinión, el estructuraltransicionismo está de enhorabuena con esta pareja de príncipes monetarios europeos. Son caínes, sí, pero no son odiosos caínes saturnianos y, además, son conscientes de este cainismo repugnante de la generación siguiente, del que luchan por desmarcarse, más cuanto más hayan vivido en EEUU. Adicionalmente, no tienen en su contra estar demasiado mutilados por el Pinchazo del Popularcapitalismo, por razón su edad y por la fortuna que han ganado como superasalariados.
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